Juan Ballesteros

Explorar la naturaleza de estos encuentros y sus consecuencias en el replanteamiento de quienes somos.
Un encuentro transitorio entre 2 seres que forman parte de mundos opuestos y aun así se permiten explorarse y explorar al otro.”
¿Cómo fue el casting y el proceso de selección de la actriz Mercedes López? ¿Qué es lo que buscabas en ella?
¿Cómo fue la dirección actoral a la actriz Oriana Rodríguez? ¿Cómo surgió la química que hay entre las dos actrices en la película?
Oriana es una no actriz, es una bailarina espectacular y super talentosa y creo que por eso tiene una presencia física tan fuerte y delicada. Recuerdo que un día estábamos en un café mi productora y yo barajeando opciones en Instagram cuando vimos su perfil y sentí de inmediato que era ella. Fue muy gracioso porque más tarde ese día la vimos caminar por la plaza y confirmamos esa sensación. Con Oriana tuve mucho tiempo para ensayar, unas 6 semanas. Fue un proceso orgánico, basado en la sensibilidad y la confianza en el que revisamos recuerdos o sensaciones pasadas y luego las usamos en distintas partes de la historia. Nunca hablamos o ensayamos el guion en las primeras 3 semanas, lo que hacíamos era hablar, hacer ejercicios de confianza, exploración de espacio y, sobre todo, crear de manera teórica y practica un diccionario de emociones. Un diccionario de emociones es un desglose de las emociones que analizamos en el personaje a través de la historia. A medida que trabajábamos circunstancias previas, biografías de los personajes, paralelismos con la vida real íbamos ubicando emociones, sentimientos, sensaciones que pudiera tener Amelia. Luego, en esa misma sesión realizábamos ejercicios muy sencillos en los que explorábamos los distintos matices e intensidades que podía tener ese sentimiento tanto a nivel personal como con otro actor. Estos ejercicios prácticos me permitían a mi ver gestos orgánicos, reacciones genuinas, distintas intensidades de la paleta de emociones que Oriana podía dar; a ella, le permitía ser más precisa con lo que sentía Amelia, ser consciente de las emociones del personaje en cada momento y creo que, sobre todo, nos permitía a ambos ir construyendo el cuerpo y alma del personaje. Cuando Oriana empezó a compartir con Mercedes sólo faltaban un poco más de dos semanas para grabar. No tuvieron más de 7 ensayos juntas. Ya ellas se conocían porque Mercedes era la directora de la universidad donde Oriana estudiaba. Fue un poco mágico porque ambas se acoplaron inmediatamente a la otra. Yo sólo me enfoque en fortalecer la confianza, la conexión y la intimidad entre ambas y confiaba que iba a funcionar. Revisando mi cuaderno de dirección de ese proyecto encontré esto: “Ensayo con Mercedes y Oriana. Hoy trabajamos miradas. Creo que ellas aún no lo saben, pero los gestos de una se van acoplando a la de la otra. Aún no hemos roto el contacto físico y creo que es mejor así. Lucía es una mujer que lleva mucho tiempo sin ser tocada por alguien y más aún, nunca nunca imagino ser tocada por una mujer. La incomodidad, el miedo a ir más allá y la aprehensión del deseo puede ser muy natural si dejamos que todo suceda durante la grabación” Siempre he creído que la naturalidad y la organicidad tienen una gran cuota de improvisación controlada. No se puede controlar absolutamente todo, creo que, si uno lo hace, mata las infinitas posibilidades que pueden salir de una escena.

La localización donde se filma la película es emblemática e ideal. ¿Qué lugar es y cómo lo elegiste?
Es una posada preciosa llamada Luz Caraballo, queda en la periferia del centro histórico de la ciudad de Mérida, justo en frete de la Plaza de Milla. Mérida es una ciudad pequeña que está rodeada por montañas por todos lados, es un pueblo grande que se ha desarrollado por la universidad, los estudiantes y el turismo. A pesar de algunas modificaciones menores, esta posada mantenía la estructura y la esencia de ser una casa antigua convertida en una posada. Hace unos 50 años esas edificaciones eran los edificios más numerosos en el centro, ya que servían para los turistas o para los agricultores que bajaban del paramo para vender sus cosechas. Hoy en día quedan sólo 2, la posada que usamos y otra edificación que funcionó durante unos años como un burdel hasta quedar completamente abandonada. Johanny Barreto (la productora) y yo recorrimos toda la ciudad buscando la posada ideal, visitamos más de 20 posadas en su moto. Nada nos convenció tanto como la Luz Caraballo. Su aire era antiguo, la luz era cómoda pero triste, todo estaba increíblemente limpio y cuidado, como si fuera un museo. Johanny siempre me dijo que yo me había enamorado de la posada apenas entré. Y eso es cierto, para entrar debes pasar por un pasillo que tiene unos vitrales preciosos y en el momento que caminas por ahí dejas de escuchar todo el ruido de la calle. El silencio permite que disfrutes los largos pasillos de piedra. Creo que un factor fundamental fue conocer a la Sra. Bertha, la encargada del hotel y Yohana, su ayudante. La Sra. Bertha es una mujer de casi 70 años, muy amable y elegante pero también muy hermética y observadora. Ella aún es la encargada de llevar esa posada por los últimos 30 años y realmente así se sentía. Sólo una mujer que ha intentado mantenerse a través del cuidado de las cosas podrías dejar esa huella. Nos habló sobre la historia de esa estructura cuando era una casa de familia, cuándo, cómo y por qué la convirtieron en posada, nos mostró con mucha paciencia cada habitación, pasillo y rincón. Nos mostró objetos de hace mas de 80 años, fotografías antiguas y un arbolito en una maceta que llevaba ahí más de 30 años, ese árbol había crecido tanto que llegaba al 3er piso de la locación y hubiera sido imposible sacarlo sin cortarlo (un poco como la señora Bertha o Lucia). Creo que había demasiados pros para esta locación. Era mejor de lo que estaba buscando a nivel estético, espacial, narrativo y sensorial. Los dueños estaban dispuestos a prestarnos cualquier espacio (incluidas 4 habitaciones para que todo el crew se quedara), era céntrica y no había problemas por sonido, salvo las campanas de la iglesia de al lado a eso de las 5pm. Desde entonces intento ir a visitarlas cada mes o cada dos meses. Llevo pan y la señora Bertha hace café y conversamos. Algunas veces se nos une Yohana y la sra Marlene (la dueña de la posada). Intenté que me dieran sus impresiones sobre esta pregunta, pero me dijeron que yo confiaban lo que yo pudieran decir. Aún hoy me sorprende que pudiera encontrar 3 vertientes de Lucía en personas reales.
La idea del álbum surgió porque necesitaba un objeto que ayudara a encapsular la historia, la personalidad y el carácter de lucia. Lucia es una guardiana de los recuerdos y las historias, cada objeto o fotografía son cosas que se va encontrando en su posada y al coleccionarlos los rescata del olvido. En ese momento quería construir un personaje que al estar tan fascinada e interesada por las historias del mundo no terminaba de construir su propia historia.
Ani y Mishelle, las directoras de arte, tienen todo el crédito porque quedara tan bien. Siempre he pensado que fue algo muy hermoso el hecho de que Ani usara sus fotos personales que había ido robando a distintas familiares y que ella coleccionaba. Creo que se sentía como algo real porque en si mismo era algo con lo que ella podía conectar. Era muy muy importante poder lograr esa sensación que se produce al estar frente a fotos de lugares y personas que no se conoce y que nunca se van a conocer. Al final son objetos olvidados por alguien más en un hotel de paso.
¿Cómo fue la filmación de la secuencia tan emotiva e introspectiva de Mercedes López ante el espejo?

¿Qué indicaciones le diste al director de fotografía Juan (Cilantro) Silva para tener esta imagen única en la película y grabar a la vez momentos tan íntimos entre las actrices?
¿Qué simbolizan las grullas en la película?
Es extraño porque a pesar de saber exactamente qué significan las grullas para cada una, cada vez que veo El reflejo de las grullas ese significado cambia. Cuando estaba en el proceso de realización escribí esto en mi diario de proyecto:
“Las grullas deben tener esta propiedad de los objetos simples. Nada de diseños, ni patrones, ni personalizaciones. Deben englobar todo lo que evidentemente tememos, pero también lo que secretamente deseamos. Es una partecita que le damos a cualquier persona que logre entrar a nuestras vidas. Fiscalización de los objetivos de cada una, pero también la marca exacta de su punto de colisión y separación.
Aparte de director de cine haces trabajos artísticos en collage con fotografía digital. Háblanos de esta faceta tuya por favor.
Me encanta fabricar imágenes. Hacer collages empezó como un ejercicio para lograr catalizar y materializar imágenes que de otra manera serían imposibles de realizar en este momento. Desde hace unos años he establecido, como uno de los objetivos de mi vida, explorar la mayor variedad posible de usos de las imágenes. Creo que las imágenes tienen la posibilidad de establecer una conexión más directa y sincera entre ese proceso de deconstrucción que abarca nuestra forma de percibir la realidad y la reconstrucción de ese cúmulo de sensaciones y sentimientos que hacemos con el lenguaje. Creo que no sólo nos permite darnos cuenta de lo personal e irrepetible que es la experiencia de contar algo, sino que también posibilita la creación de nuevos lugares (ya sean temporales, espaciales o sentimentales).
¿Cómo es distribuir una película independiente como El Reflejo de las Grullas en Venezuela y en el resto del mundo?
Es bastante complicado. Hay muy pocas empresas encargadas de la distribución y las que se encargan usan tarifas que una persona luego de hacer una película en Venezuela no puede permitirse. También creo que es algo que no tiene tanta importancia en la industria cinematográfica venezolana o en las entidades universitarias. Todo este proceso de distribuir un cortometraje se basa en el aprendizaje autodidacta y en la colaboración con otras personas. Creo que hay una especie de camaradería con otras personas del gremio, sean de donde sean: Mérida, Caracas, Barquisimeto, Puerto la cruz. Estos últimos 3 años he conocido y entablado amistad con personas que también están en una situación similar y es algo hermoso, porque en medio de las dificultades la creatividad y la camaradería se ponen a trabajar y se crean nuevas plataformas, se comparten nuevos modos, se dan consejos, nos orientamos unos a otros. Creo que el internet ayuda muchísimo a poder distribuir tu trabajo a un coste cercano a 0. No resuelve el problema, pero es un modo de evitar que los trabajos queden engavetados.
¿Podrías hablarnos de tus proyectos cinematográficos futuros?
Por supuesto. En este momento estoy en proceso de postproducción de mi último cortometraje que muy probablemente vayamos a estrenar en FICIMAD. Es un corto que rompe con mi modo de trabajar anteriormente. Este proyecto está basado en dos cosas muy sencillas: La primera, la experimentación a través de la imagen y el sonido para crear sensaciones tangibles. Y la segunda, una improvisación consciente para mantener la naturalidad de las actuaciones en los máximos niveles. Es una historia bastante sencilla, de alguien que se pierde entre los tiempos de su vida mientras lleva un proceso de duelo. Quisimos jugar con la forma en la que contábamos esto y digo hicimos porque una de las cosas que me propuse para este siguiente cortometraje es intentar crear un súper lenguaje con los otros miembros del equipo técnico. La idea es poder decantar un lenguaje usando las distintas formas de vivir y sentir de cada miembro del equipo técnico, y mediante esto poder desarrollar una historia en la que cualquier persona que lo vea pudiera desdoblar su mapa emocional interno y hacer su propio recorrido a través del tiempo perdido. Como dije antes, está el proceso de postproducción, ya estamos a punto de terminarlo. Sólo falta integrar la música. Y bueno, esperamos con ansias poder estrenarlo en este festival que nos abrió las puertas el año pasado.