Menú Cerrar

Irene Corbelle

¿Cómo fue hacer una película sobre boxeo?
 
La verdad que fue todo un reto para mí porque era un mundo totalmente desconocido y que, honestamente, tenía bastante prejuicios sobre lo que era este deporte. En general la violencia es algo que me genera mucho rechazo y como te digo estaba bastante equivocada respecto a este deporte.
 
 
 
¿Hiciste alguna investigación previa sobre el tema para preparar el personaje aunque no interpretaras a una boxeadora?
 
Mi personaje no es la boxeadora que compite en el campeonato pero interpreto a la figura de la asistente que la ayuda en sus entrenos y tuve que adquirir nociones básicas para saber cómo moverme y recibir los golpes de la gran Katharina. Estuve entrenando durante semanas con Mario Sánchez en su gimnasio y aprendiendo mucho sobre este deporte tan increíble, que recomiendo a todo el mundo probar en algún momento.
 
 
 
¿Cómo fue la experiencia?
 
Totalmente sorprendente. Tenía un concepto equivocado sobre este deporte y la gente que lo escoge. Es un deporte que implica mucho control, disciplina, estrategia, concentración y saber cómo usar todo tu cuerpo para ejecutar el golpe. Saber recibir un golpe y continuar. Quedé impresionada con la fortaleza de Katharina Thanderz y su dulzura. Y enamorada del boxeo, además de agotada, porque tenía agujetas en músculos que no sabía ni que tenía jajaja.
 
¿Cómo conociste al director Manu Fernández y cómo fue el casting?
 
Pues la realidad es bastante trágica…  Nos conocimos de forma totalmente repentina. Nos puso en contacto el gran productor David Casas Riesco porque él sabía que además de actriz, también trabajo como jefa de producción. Manu acababa de tener una gran pérdida, su sobrina Bea acababa de fallecer y era la que le estaba acompañando en la pre producción de este cortometraje. En cuanto Manu pidió ayuda a David, él nos conectó. Me reuní con Manu para continuar con el plan de trabajo que él y Bea ya tenían prácticamente armado por completo. Después de conocernos en persona Manu vio mi videobook en internet y le gustó mucho mi trabajo. Tanto es así que cambió el género de mi personaje, que en principio iba a ser un chico, y comencé a ensayar y a aprender a boxear mientras seguía adelante con la producción. Así que no hubo un casting al uso. Simplemente, nuestras vidas se cruzaron y Bea estuvo con nosotros en todo momento.
 
 
 
¿Cómo fue trabajar junto a a la deportista profesional Katharina Thanderz? ¿Cómo alcanzaste esa química con ella?
 
Katharina es un referente como mujer. Lo poco que la conocí me pareció una compañera súper predispuesta, dulce y paciente. Además se sumó al cortometraje cuando las fechas hacían que sacrificara su rutina de entreno en las fechas anteriores a los campeonatos. Aún así se hizo su primer cortometraje, entrenó fuerte y ganó el campeonato. Es simplemente increíble.
 
 
 
¿Cómo fue trabajar junto a un actor con tanta experiencia como Antonio Dechent?
 
Antonio es un espectáculo como actor, da igual la frase que le pongas que la hace suya y no tiene ni una sola toma mala. Era la primera vez que coincidía con un actor de su talla y evidentemente impone, pero es muy buen compañero y desde el primer momento se presenta con cercanía y generosidad.
 
 
 
¿Cuál fue la secuencia más difícil de grabar de la película? ¿Tienes alguna anécdota de rodaje?
 
La secuencia que más miedo nos dio a todo el equipo rodar es cuando Katharina tenía que darme un golpe en vestuarios y dejarme en el suelo. La propia Katharina y yo ensayamos varias veces la caída y el golpe para tener clara la coreografía y no salir sin un diente jajaja. No sabíamos si incluso usar un protector bucal. Estaba cagada con esta escena la verdad.
¿Cómo fue grabar la última secuencia de la película por la Gran Vía de Madrid?
 
La verdad que fue sencillo. Éramos un equipo reducido, los planos estaban claros. Rafa Mangosta, nuestro operador de cámara, hizo un trabajo impecable y lo resolvimos sin ninguna complicación.
 
 
 
¿De dónde nació tu deseo de ser actriz?
 
La verdad que todo el mundo suele contestar que lo tenía muy claro desde pequeña y que toda la vida blablabla… no es mi caso. Yo tenía inquietud por apuntarme a grupos de teatro pero nunca pensé que esta sería mi profesión o que pudiera serlo. De pequeña trabajaba como modelo y me propusieron para ir al casting de una publicidad. Allí conocí a Roberto Trujillo, fabuloso director de casting, hice mi prueba, me divertí muchísimo y me seleccionaron. Era para un anuncio de la Lotería de Navidad donde hacía de duendecito. Me dijeron si sabía hacer buceo profesional, apnea. Yo no tenía ni idea pero dije que sí a todo para que me seleccionaran y estuve yendo diariamente a entrenar a unas piscinas que hay en Boadilla del Monte para ganar capacidad pulmonar. Fue la primera vez que estuve en un rodaje. Una superproducción de Lee Films alucinante, un mundo de fantasía, cromas, VFX, makeup FX, barcos, duendes, especialistas de cine y mucha magia. Quedé enamorada del audiovisual y esto ya sabéis que no tiene retorno. Después de esto empecé a estudiar interpretación y a probarme como actriz.
 
 
 
¿Qué papel te gustaría interpretar y junto a qué director actual?
 
Yo soy muy fan de la fantasía. Ojalá algún día ser una elfa, una sirena o un personaje futurista. Para mí sería un sueño ser parte de mundo irreal y construir un personaje totalmente onírico. Pero vamos que me veo también haciendo una Lara Croft a la española, por ejemplo. Y por soñar alto, los directores con los que me encantaría trabajar son Guillermo del Toro, Alauda, Dani de la Orden, Clara Roquet o Los Javis.
 
 
 
¿Cuáles son tus proyectos audiovisuales futuros?
 
Pues está en fase de guion todavía pero Pedro Riutort, el guionista y director de mi primera película, Libelula, tiene un par de proyectos a punto de caramelo y sé que me tiene en mente para liarla juntos. Pero no puedo contar mucho más por ahora.